El pasado martes 4 de Octubre tuve la grata oportunidad de escuchar “en
vivo y en directo” a mi amigo, el economista belga Gunter Pauli, así como a
distinguidos panelistas, empresarios, periodistas, estudiantes y personas
diversas interesadas en conocer sus ideas y que asistieron a la convocatoria de
AIESEC ALUMNI en el Club de Ejecutivos de Cali. Poco después pude asistir
virtualmente a la excelente presentación de Gunter en el
Foro de Economía y Agua que transmitió el Banco de la República el viernes
7 de Octubre desde la biblioteca Luis Angel Arango; también leí
apartes del libro que nos presentó en Cali así como algunas de las
“Fábulas de Gunter” y
artículos de prensa que se generaron en Colombia y la República Dominicana la
semana pasada. También escuché una entrevista que Gunter hizo para la cadena
radial Caracol.
Finalmente, decantado todo lo que vi, leí y escuché la semana pasada, así como lo que conversé con Gunter durante el resto de su día en Cali, destaco la claridad, inteligencia y motivación con la que transmite y contagia a las audiencias; resulta verdaderamente exótico este hombre que es capaz de traer a la mesa ideas sumamente útiles, prácticas, con una fundamentación científica que a la vez explica con un lenguaje sencillo, entendible, mostrando muy claramente las razones de ganancia, el beneficio para los negocios y los impactos ambientales y sociales... Si a eso le añadimos la elegancia y la gran donosura en la forma que presenta los temas, su buen comando del idioma español, su erudición y su gran conocimiento de la problemática global y la colombiana, el resultado finalmente es simplemente fuera de serie. Nuestro encuentro con este amigo belga que conoce Colombia mejor que muchos compatriotas, logró convocar en el encuentro de Cali a más de un centenar de voluntades, algunas de ellas de gran importancia y poder de influencia local y nacional, y se constituyó como bien lo destacaron Oscar Ivan Zuluaga, Ricardo Obregón y Diego Molano, en un foro de análisis económico y estratégico que a la vez sirvió de ocasión para reflexionar sobre planteamientos frescos, opciones novedosas que podrían llevarnos a emprender acciones de gran importancia como país.
Octubre 7 de 2010. Por Oscar Ayala A.*
Señalo algunos aspectos
interesantes dentro de lo que compartimos con ilustre economista belga Gunter
Pauli, director global de ZERI, durante su reciente visita a Colombia en la
primera semana de
Octubre:
El marco de
pensamiento y las avenidas que el Profesor Pauli recorrió para nosotros
obligan a desafiar y re-pensar nuestra forma de
concebir la innovación. Nos ha compartido un modelo científico simple pero muy
efectivo donde la observación de los procesos naturales y las leyes de la
física y la biología revierten en aplicaciones mostrado muchos
ejemplos de tecnología sorprendentemente efectivas. El tratamiento y la
aplicación contundente del concepto de “creación de valor con cero desperdicios”
es un lineamiento central en verdad excepcionalmente claro y útil; los ejemplos
y aplicaciones que Gunter utiliza para demostrarlo son contundentes.
Lo que
entiendo se está proponiendo
es migrar a un nuevo
modelo de desarrollo económico y de paso revaluar el “pensamiento verde” que se orienta a proteger el planeta y sus
recursos, mitigando o minimizando los
efectos colaterales de la acción del hombre contra el medio ambiente; sin
embargo el Profesor Pauli apunta que este movimiento está constantemente
enfrentando la gente y sus perspectivas, dividiendo las opiniones y los esfuerzos y por
otro lado él señala que
hasta ahora ha implicado encuadres
económicos más costosos, forzando a los gobiernos a gastar o sacrificar
recursos, tornándose proteccionistas, creando subsidios, barreras y
distorsiones económicas generadoras de sobre-precios. Estos precios “premium”
de los “sellos verdes” los pueden pagar cada vez más estrechos públicos,
aquellos con un mayor nivel de ingreso que les permita pagarlos. En el mundo
moderno caracterizado por cada vez más desequilibrios económicos, Pauli nos
invita a pensar seriamente en la adopción de “La Economía Azul”, modelo que se
orienta a innovar, a asumir riesgos y perseguir los mejores
emprendimientos posibles, utilizando enfoques científicos para generar bienestar,
riqueza y empleo para la mayoría de la
población (no para unos pocos), utilizando los
recursos con que contamos localmente y cuidando el medio ambiente. Nos invita a crear cadenas de valor con cero desperdicios, donde lo que sobra de cada sub-proceso
económico es insumo para los subsiguientes, multiplicando las fuentes de flujo
de caja, generando empleo y estimulando y multiplicando las interconexiones
entre las actividades económicas y los flujos de caja. Todo esto suena no sólo
lógico sino necesario en un mundo que se acostumbró a focalizarse en unas pocas
fuentes energéticas y a generar toneladas de desperdicios, basuras y todo tipo
de contaminantes que han generado los odiosos resultados que todos conocemos. Visto de esta
manera, el modelo que propone resulta sumamente estimulante y atractivo;
afortunadamente esta oportuna visita ha generado nuevos y muy interesados
aliados.
Como
bien lo ha señalado el economista Pauli, la dirección estratégica energética de Colombia en materia energética debe
reconsiderarse y focalizarse a proteger y optimizar el
aprovechamiento de una de nuestras mayores ventajas competitivas, cual es ser
la sexta potencia hidrológica del planeta; debemos
volver nuestra atención y reforzar
nuestras apuesta en generación energética
hidroeléctrica. Resulta
importante reforzar el poder del sistema que
tenemos, integrando al
esquema las oportunidades que representan los aprovechamientos energéticos de nuestras mareas del Pacífico, preparándonos para generar más energía y decidiéndonos a emplear diseños de turbinas más
eficientes, como los del
modelo de Venturi.
Tenemos
que atender su llamado para proteger nuestras cuencas hidrológicas,
particularmente en las áreas de los páramos y
nevados andinos donde se genera el 70% de nuestra
capacidad hidrológica presente y futura. Esto debe sustentarse con programas de reforestación
selectiva y siembra de guaduales y otras especies amigas del agua, como las que ha empleado el profesor
Lugari en la Reserva de Gaviotas, en el Vichada.
Estamos
en condiciones de estudiar y emular el impresionante desarrollo energético hídrico de Bután y decidir tornarnos en una superpotencia
exportadora de energía. Lo que vendemos a nuestros vecinos es mínimo versus el
potencial que tenemos. Al fin
y al cabo, como también lo señaló por Pauli, ya tenemos muchos el sistema de torres y cableado para hacerlo sin dificultad.
La
cuantificación económica seria y pormenorizada del potencial de nuestro inventario hidrológico demuestra que esta es la dirección
estratégica lógica a seguir, que resulta ejecutable con nuestro talento humano
y técnico, de manera mucho más adecuada que apostándole a otro tipo de
inversiones para generar trabajo y riqueza (i.e. las “locomotoras” minera y
petrolera) mucho menos integrales y competitivas. Igualmente debemos evitar
continuar fomentando la depredación ambiental y la contaminación que suponen
los desarrollos mineros y petroleros no renovables,
cortoplacistas y que en gran medida cobran ingente cuota de nuestras riquezas;
la minería particularmente es enemiga mortal de nuestro medio ambiente. No
necesitamos tener un magister para entender que la apuesta al agua es una
propuesta absolutamente clara, contundente y acertada para Colombia.
Las contundentes propuestas tecnológicas para tratar las aguas
residuales y las basuras del caso de Ulsan, en Corea apuntan a la
posibilidad de generar un vuelco en el sector, revirtiendo las
aguas servidas en agua consumible, generando
empleo y aprovechando residuos que hoy son un verdadero dolor de
cabeza, que contaminan los ríos y los terrenos y generan un hoyo presupuestal
sin fondo: Según se hace en Corea, podríamos generar biogás, riqueza y empleo para millones de
colombianos; hay, como lo demostró el profesor Pauli, fuentes de
financiación con bonos de carbono y otras opciones.
Adicionalmente podemos considerar las tecnologías
que usan los vórtices de agua para purificar nuestros
ríos y combinar las técnicas modernas para
calentar el agua del sistema a 80C para no seguir usando cloro ni ozono en
los sistemas de purificación y distribución de agua.
En la
Guajira y otras zonas del norte de Colombia podríamos implementar las
tecnologías australianas para aprovechar la capacidad del agua del mar para generar e irrigar
cultivos productivos.
Podemos
considerar implementar enfoques sistémicos
que integren los subproductos de los diversos procesos económicos, para emprender y repensar entables económicos
rentables, que generan empleo y eliminan contaminación, de la forma en que Gunter lo muestra con su
ejemplo de la finca de cítricos Lisboa, en Suráfrica y con el caso de la
isla española del Hierro. Casos parecidos ya han sido implementados en
Colombia con pleno éxito como en el caso del uso de la pasilla del café para el
cultivo de hongo Shiitake y la cría de cerdos. Sistemas parecidos a estos lucen muy promisorios
también en el campo del cultivo de Spirulina, a partir de inyección de CO2 como se hace hoy día en el Brasil. El cultivo de
esta alga puede ser una fuente sin parangón para alimentar a nuestra población
y tiene subproductos valiosos para comercializarlos como insumos para otras
industrias.
Es
esencial promover e implementar mejor uso de la ciencia y la tecnología. El
profesor Pauli mostró varios ejemplos como el de los edificios que
capturan/ahorran agua, refrigerando el aire emulando los procesos naturales, utilización combinación de colores B/N (caso Daiwa House en
Sendai, Japón) u optimizandosistemas de aireación emulando los hormigueros de las
termitas como lo demuestra el caso del colegio
de Laggarberg, en Timrá, Suecia; ejemplos como estos nos ayudarían a mejorar la
calidad de la vida y la educación y valorizamos las propiedades circundantes.
Podemos
redoblar esfuerzos en concientización y
educación usando los enfoques de La Economía Azul y aprovechar el entable científico, la
información y los materiales que ha dispuesto ZERI en su página web, sus
correos semanales, los boletines y los libros disponibles. Esto incluye la
difusión del conocimiento entre los jóvenes usando los libros de Fábulas
publicadas por el profesor Pauli, que nos permitiría trabajar el tema y remar
en una dirección ganadora con las nuevas generaciones. El
ejemplo de la economía sistémica que ejemplifica el árbol es contundente:
la integración de tecnologías que aplican los procesos de los 5
reinos de la naturaleza, plantea soluciones contundentes a nuestros
problemas. Como él lo plantea, supone ante todo una actitud científica y
curiosa, de búsqueda, observación y estudio de los fenómenos naturales, para
comprenderlos y aplicarlos en nuestros sistemas económicos.
Creo
que ha sido un oportuno acierto traer al profesor Gunter Pauli a Colombia en
estos momentos. Hombres visionarios, propositivos y entusiastas que combinan la
ciencia con la educación y los negocios como él, son sumamente necesarios para
dar nuevas miradas a los temas, actualizar perspectivas y reorientar conceptos
de forma más inteligente e integral. Sus ideas hacen mucho sentido e invitan a
revaluar algunas ideas mediatistas que tenemos sobre nuestro desarrollo y a
actuar de forma decidida en nuevos y desafiadores proyectos.
-.-.-.-.-.
* Oscar Ayala A. es economista colombiano y consultor en Gestión
Estratégica, Innovación y Sostenibilidad.
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