Wednesday 26 October 2011

IMPLICACIONES DE “LA ECONOMIA AZUL” PARA COLOMBIA

El pasado martes 4 de Octubre tuve la grata oportunidad de escuchar “en vivo y en directo” a mi amigo, el economista belga Gunter Pauli, así como a distinguidos panelistas, empresarios, periodistas, estudiantes y personas diversas interesadas en conocer sus ideas y que asistieron a la convocatoria de AIESEC ALUMNI en el Club de Ejecutivos de Cali. Poco después pude asistir virtualmente a  la excelente presentación de Gunter en el Foro de Economía y Agua que transmitió el Banco de la República el viernes 7 de Octubre desde la biblioteca Luis Angel Arango; también leí apartes del libro que nos presentó en Cali así como algunas de las “Fábulas de Gunter”  y artículos de prensa que se generaron en Colombia y la República Dominicana la semana pasada. También escuché una entrevista que Gunter hizo para la cadena radial Caracol.


Finalmente, decantado todo lo que vi, leí y escuché la semana pasada, así como lo que conversé con Gunter durante el resto de su día en Cali, destaco la claridad, inteligencia y motivación con la que transmite y contagia a las audiencias; resulta verdaderamente exótico este hombre que es capaz de traer a la mesa ideas sumamente útiles,  prácticas, con una fundamentación científica que a la vez explica con un lenguaje sencillo, entendible, mostrando muy claramente las razones de ganancia, el beneficio para los negocios y los impactos ambientales y sociales...  Si a eso le añadimos la elegancia y la gran donosura en la forma que presenta los temas, su buen comando del idioma español, su erudición y su gran conocimiento de la problemática global y la colombiana, el resultado finalmente es simplemente fuera de serie. Nuestro encuentro con este amigo belga que conoce Colombia mejor que muchos compatriotas, logró convocar en el encuentro de Cali a más de un centenar de voluntades, algunas de ellas de gran importancia y poder de influencia local y nacional, y se constituyó como bien lo destacaron Oscar Ivan Zuluaga, Ricardo Obregón y Diego Molano, en un foro de análisis económico y estratégico que a la vez sirvió de ocasión para reflexionar sobre planteamientos frescos, opciones novedosas que podrían llevarnos a emprender acciones de gran importancia como país.




IMPLICACIONES DE  “LA ECONOMIA AZUL”  PARA COLOMBIA
Octubre 7 de 2010. Por Oscar Ayala A.*
Señalo algunos aspectos interesantes dentro de lo que compartimos con ilustre economista belga Gunter Pauli, director global de ZERI, durante su reciente visita a Colombia en la primera semana de Octubre: 
 
El marco de pensamiento y las avenidas que el Profesor Pauli recorrió para nosotros obligan a desafiar y re-pensar nuestra forma de concebir la innovación. Nos ha compartido un modelo científico simple pero muy efectivo donde la observación de los procesos naturales y las leyes de la física y la biología  revierten en aplicaciones mostrado muchos ejemplos de tecnología sorprendentemente efectivas. El tratamiento y la aplicación contundente del concepto de “creación de valor con cero desperdicios” es un lineamiento central en verdad excepcionalmente claro y útil; los ejemplos y aplicaciones que Gunter utiliza para demostrarlo son contundentes.
Lo que entiendo se está proponiendo es migrar a un nuevo modelo de desarrollo económico y de paso revaluar el “pensamiento verde”  que se orienta a proteger el planeta y sus recursos, mitigando o minimizando los efectos colaterales de la acción del hombre contra el medio ambiente; sin embargo el Profesor Pauli apunta que este movimiento está constantemente enfrentando la gente y sus perspectivas, dividiendo las opiniones y los esfuerzos y por otro lado él señala que hasta ahora ha implicado encuadres económicos más costosos, forzando a los gobiernos a gastar o sacrificar recursos, tornándose proteccionistas, creando subsidios, barreras y distorsiones económicas generadoras de sobre-precios. Estos precios “premium” de los “sellos verdes” los pueden pagar cada vez más estrechos públicos, aquellos con un mayor nivel de ingreso que les permita pagarlos. En el mundo moderno caracterizado por cada vez más desequilibrios económicos, Pauli nos invita a pensar seriamente en la adopción de “La Economía Azul”, modelo que se orienta a innovar, a asumir riesgos y perseguir los mejores emprendimientos posibles, utilizando enfoques científicos para generar bienestar, riqueza y empleo para la mayoría de la población (no para unos pocos), utilizando los recursos con que contamos localmente y cuidando el medio ambiente. Nos invita a crear cadenas de valor con cero desperdicios, donde lo que sobra de cada sub-proceso económico es insumo para los subsiguientes, multiplicando las fuentes de flujo de caja, generando empleo y estimulando y multiplicando las interconexiones entre las actividades económicas y los flujos de caja. Todo esto suena no sólo lógico sino necesario en un mundo que se acostumbró a focalizarse en unas pocas fuentes energéticas y a generar toneladas de desperdicios, basuras y todo tipo de contaminantes que han generado los odiosos resultados que todos conocemos. Visto de esta manera, el modelo que propone resulta sumamente estimulante y atractivo; afortunadamente esta oportuna visita ha generado nuevos y muy interesados aliados.
Como bien lo ha señalado el economista Pauli, la dirección estratégica energética de Colombia en materia energética debe reconsiderarse y focalizarse a proteger y optimizar el aprovechamiento de una de nuestras mayores ventajas competitivas, cual es ser la sexta potencia hidrológica del planeta; debemos volver nuestra atención y reforzar nuestras apuesta en generación  energética hidroeléctrica.  Resulta importante reforzar el poder del sistema que tenemos, integrando al esquema las oportunidades que representan los aprovechamientos energéticos de nuestras mareas del Pacífico, preparándonos para generar más energía y decidiéndonos a emplear diseños de turbinas más eficientes, como los del modelo de Venturi.
Tenemos que atender su llamado para proteger nuestras cuencas hidrológicas, particularmente en las áreas de los páramos y nevados andinos donde se genera el 70% de nuestra capacidad hidrológica presente y futura. Esto debe sustentarse con programas de reforestación selectiva y siembra de guaduales y otras especies amigas del agua, como las que ha empleado el profesor Lugari en la Reserva de Gaviotas, en el Vichada. 
Estamos en condiciones de estudiar y emular el impresionante desarrollo energético hídrico  de Bután  y decidir tornarnos en una superpotencia exportadora de energía. Lo que vendemos a nuestros vecinos es mínimo versus el potencial que tenemos. Al fin y al cabo, como también lo señaló por Pauli, ya tenemos muchos el sistema de torres y cableado para hacerlo sin dificultad.
La cuantificación económica seria y pormenorizada del potencial de nuestro inventario hidrológico demuestra que esta es la dirección estratégica lógica a seguir, que resulta ejecutable con nuestro talento humano y técnico, de manera mucho más adecuada que apostándole a otro tipo de inversiones para generar trabajo y riqueza (i.e. las “locomotoras” minera y petrolera) mucho menos integrales y competitivas. Igualmente debemos evitar continuar fomentando la depredación ambiental y la contaminación que suponen los desarrollos mineros y petroleros no renovables, cortoplacistas y que en gran medida  cobran ingente cuota de nuestras riquezas; la minería particularmente es enemiga mortal de nuestro medio ambiente. No necesitamos tener un magister para entender que la apuesta al agua es una propuesta absolutamente clara, contundente y acertada para Colombia.
 
Las contundentes propuestas tecnológicas para tratar las aguas residuales y las basuras del caso de Ulsan, en Corea apuntan a la posibilidad de generar un vuelco en el sector, revirtiendo las aguas servidas en agua consumible, generando empleo y aprovechando residuos que hoy son un verdadero dolor de cabeza, que contaminan los ríos y los terrenos y generan un hoyo presupuestal sin fondo: Según se hace en Corea, podríamos generar biogás, riqueza y empleo para millones de colombianos; hay, como lo demostró el profesor Pauli, fuentes de financiación con bonos de carbono y otras opciones. 
 
Adicionalmente podemos considerar las tecnologías que usan los vórtices de agua para purificar nuestros ríos y combinar las técnicas modernas para calentar el agua del sistema a 80C para no seguir usando cloro ni ozono en los sistemas  de purificación y distribución de agua.
En la Guajira y otras zonas del norte de Colombia podríamos implementar las tecnologías australianas para aprovechar la capacidad del agua del mar para generar e irrigar cultivos productivos.
Podemos considerar implementar enfoques sistémicos que integren los subproductos de los diversos procesos económicos, para emprender y repensar entables económicos rentables, que generan empleo y eliminan contaminación,  de la forma en que Gunter lo muestra con su ejemplo de la finca de cítricos Lisboa, en Suráfrica y con el caso de la isla española del Hierro. Casos parecidos ya han sido implementados en Colombia con pleno éxito como en el caso del uso de la pasilla del café para el cultivo de hongo Shiitake y la cría de cerdos.  Sistemas parecidos a estos lucen muy promisorios también en el campo del cultivo de Spirulina, a partir de inyección de CO2 como se hace hoy día en el Brasil. El cultivo de esta alga puede ser una fuente sin parangón para alimentar a nuestra población y tiene subproductos valiosos para comercializarlos como insumos para otras industrias.
Es esencial promover e implementar mejor uso de la ciencia y la tecnología. El profesor Pauli mostró varios ejemplos como el de los edificios que capturan/ahorran agua, refrigerando el aire emulando los procesos naturales, utilización combinación de colores B/N (caso Daiwa House en Sendai, Japón) u optimizandosistemas de aireación emulando los hormigueros de las termitas como lo demuestra el caso del colegio de Laggarberg, en Timrá, Suecia; ejemplos como estos nos ayudarían a mejorar la calidad de la vida y la educación y valorizamos las propiedades circundantes. 
Podemos redoblar esfuerzos en concientización y educación usando los enfoques de La Economía Azul y aprovechar el entable científico, la información y los materiales que ha dispuesto ZERI en su página web, sus correos semanales, los boletines y los libros disponibles. Esto incluye la difusión del conocimiento entre los jóvenes usando los libros de Fábulas publicadas por el profesor Pauli, que nos permitiría trabajar el tema y remar en una dirección ganadora con las nuevas generaciones.  El ejemplo de la economía sistémica que ejemplifica el árbol es contundente: la integración de tecnologías que aplican los procesos de los 5 reinos de la naturaleza, plantea soluciones contundentes a nuestros problemas. Como él lo plantea, supone ante todo una actitud científica y curiosa, de búsqueda, observación y estudio de los fenómenos naturales, para comprenderlos y aplicarlos en nuestros sistemas económicos.
Creo que ha sido un oportuno acierto traer al profesor Gunter Pauli a Colombia en estos momentos. Hombres visionarios, propositivos y entusiastas que combinan la ciencia con la educación y los negocios como él, son sumamente necesarios para dar nuevas miradas a los temas, actualizar perspectivas y reorientar conceptos de forma más inteligente e integral. Sus ideas hacen mucho sentido e invitan a revaluar algunas ideas mediatistas que tenemos sobre nuestro desarrollo y a actuar de forma decidida en nuevos y desafiadores proyectos.
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* Oscar Ayala A. es economista colombiano y consultor en Gestión Estratégica, Innovación y Sostenibilidad.
   e-mail oayala@rocketmail.com  Cel. 57- 312 774 4506   Cali, Colombia

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